28 de oct, 2022 por Silvia Gutiérrez
Las muñecas antiguas más terroríficas
Este Halloween os presentamos las muñecas antiguas más terroríficas de nuestra web. Muñecas de porcelana, autómatas, de cartón y hasta de 4 caras. ¿Las pondrías junto a la cama?
Hay quienes sienten un miedo irracional a las muñecas antiguas, pues parece que llegada la noche estas nos estén vigilando o se puedan mover... Un estereotipo que han fomentado las películas de muñecos malditos como Chucky, el muñeco diabólico o la más reciente Annabelle.
Este miedo tiene su nombre documentado: pediofobia. Según Sigmund Freud, se trata del desasosiego que nos causa un objeto que está a medio camino entre lo vivo y lo muerto. En el caso de las muñecas de porcelana, se le añade la tanatofobia, el miedo a la muerte, que se trasluce en la palidez de estas muñecas semejante al color de los cadáveres.
Por Halloween hemos reunido una selección de las muñecas más terroríficas de nuestro catálogo, que acompañamos de una advertencia inicial: son muñecas muy valiosas que hacen las delicias de los coleccionistas. Nuestra intención no es reírnos de dichas muñecas, sino de la superstición que su aspecto pueda causar.
Muñecos terroríficos
Este muñeco arlequín tiene un origen muy antiguo. Se localizó en una casa murciana del siglo XVIII y se encuentra tal y como fue hallado, pues no se ha restaurado ni limpiado. Un ejemplar que dejará atónitos a los que también sufran de coulrofobia, miedo irracional a los payasos y los mimos.
El muñeco Kaisser de porcelana alemana antigua se caracteriza por su tez pálida, que se transforma en rosácea al nivel de los mofletes, sus ojos de un azul intenso y su gesto adusto que, junto a sus manos de porcelana, no provocan deseo de compartir una estancia.
Lo que causa más terror de la muñeca de cartón Nora es la claridad de sus ojos y su alocada postura, además del aspecto desaliñado de su cabello. Una aparente movilidad que pone en cuestión la tranquilidad de los más asustadizos.
Muñecas antiguas Jumeau
Esta "niña con cesta sorpresa" es una antigua muñeca autómata de Leopold Lambert con cabeza en biscuit de Jumeau (1890). De origen francés, su mecanismo y música aún funcionan. Mueve la cabeza y ambos brazos, con uno abre la cesta y muestra un pequeño pájaro disecado, mientras el otro brazo se acerca a la cara.
El cuerpo articulado sin unir de esta muñeca, en cuya imagen vemos por trozos, es lo que más pavor puede dar de este ejemplar de Jumeau con cabeza de biscuit, boca abierta, ojos durmientes y pestañas naturales.
Muñecas con más de una cara
Carl Bergner, muñequero alemán de Sonneberg (1900), se especializó en hacer cabezas de tres caras con gestos diferentes. Esta muñeca tiene una cara sonriente, otra llora y otra durmiente. El cambio se efectúa girando una argolla que tiene en la parte superior de la cabeza. Mientras que en el costado lateral lleva dos cordones, que parecen destinados a activar el llorón. Si bien la muñeca en sí no causa terror, esta fotografía a mitad de dos caras, no deja indiferente...
La joya de la corona de las muñecas antiguas más terroríficas es esta muñeca de 4 caras de principios del siglo XX, que también pudo ser creada por el maestro juguetero Carl Bergner. El mecanismo giratorio de su cabeza, que cambia apretando el botón de su pecho, te puede mostrar su rostro mientras llora, ríe, duerme… ¿cuál dirías que es su mejor cara?
Si estas muñecas no han conseguido inmutarte, te invitamos a curiosear nuestro catálogo en busca y captura de más objetos terroríficos para este Halloween. Hay mansiones encantadas, zombies de colección y muchas otras historias horripilantes para celebrar el truco o trato.
